Por Melinda Wenner Moyer – Publicado en inglés en el blog PLoS el 14 de septiembre de 2010.
Admitámoslo: la leche materna es asombrosa. Contiene anticuerpos que ayudan a los pequeños a establecer un sistema inmunitario fuerte, y algunos <a href="http://www project management tasks.sciencedirect.com/science?_ob=ArticleURL&_udi=B9860-4YP174B-1&_user=5647430&_coverDate=06%2F30%2F2010&_rdoc=1&_fmt=high&_orig=search&_origin=search&_sort=d&_docanchor=&view=c&_searchStrId=1459831677&_rerunOrigin=google&_acct=C000047720&_version=1&_urlVersion=0&_userid=5647430&md5=60aec055b5b682c32847c5c73e9ece94&searchtype=a» target=»_blank»>estudios sugieren que el acto de amamantar incluso disminuye el riesgo de las madres de padecer cáncer de mama. Ahora, investigadores en las universidades de Chicago, Maryland e Illinois tienen otro punto potencial para añadir a esto: de acuerdo con un estudio que han llevado a cabo en cerdos, la leche materna modela la expresión de los genes bacteriales en los intestinos de los bebés, aumentando potencialmente la actividad antioxidante y protegiendo contra al menos una enfermedad debilitante rara.
No es descabellado pensar que amamantar afecte a la flora intestinal; se sabe que la dieta tiene un enorme efecto en el microbioma. Cuando los científicos evaluaron la flora intestinal de los bebés, descubrieron que las crías amamantadas tenían bacterias diferentes presentes en el intestino que los que habían sido alimentados con leche artificial. Pero la importancia de estas conclusiones aún no ha quedado claro.
Los autores del reciente estudio PLoS ONE fueron un paso más allá: en lugar de observar solo las bacterias, también emplearon técnicas basadas en ARN para identificar todas las transcripciones del ARN, o los precursores de las proteínas, producidos en la bacteria intestinal en cuatro lechones de tres semanas que habían sido alimentados por sus madres toda su vida. Compararon esto con el ARN bacterial encontrado en cuatro lechones de tres semanas que habían sido alimentados con leche artificial desde el nacimiento.
Los lechones amamantados tenían más código ARN para proteínas involucradas en la regulación del estrés oxidativo, un descubrimiento que proporciona cierta credibilidad a la idea de que la leche materna actúa como antioxidante y que podría proteger contra algunos tipos de daños en el tejido. Pero lo que es más interesante es que los investigadores hallaron que los lechones amamantados tenían más código para enzimas necesarias en el metabolismo de la arginina, un aminoácido precursor del óxido nítrico, que protege el tracto intestinal. La arginina se ha puesto en relación con una forma mortal de inflamación intestinal conocida como enterocolitis necrotizante neonatal (ENN): algunos informes muestran niveles anormalmente bajos de arginina en bebés que sufren de ENN, y los niños amamantados sufren de la enfermedad con menor frecuencia que los alimentados con leche artificial.
Quizás, como sugieren los autores de este estudio, amamantar ayuda a las bacterias intestinales a metabolizar la arginina de una forma que disminuye el riesgo de ENN. Por supuesto, el estudio se llevó a cabo en cerdos y sus conclusiones quizás no puedan aplicarse en humanos, y nadie sabe aún si esas encimas particulares realmente protegen contra la enfermedad, pero es una idea que garantiza más estudios. De ser verdad, amamantar podría tener aún más beneficios de los que creemos, y eso serían buenas noticias no solo para madres lactantes, sino también para madres que tienen que alimentar con leche artificial. Una vez que los científicos hayan demostrado todos los beneficios únicos de la leche materna, quizás algún día puedan diseñar leche artificial que imiten mejor a la (maravillosa) leche real.
Citas:
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