Me he sentido atraído por la comedia desde mi adolescencia. Veía religiosamente cada episodio de In Living Colour y Saturday Night Live (SNL) y justo cuando acababa, trataba de recrear algunas de las escenas y personajes con mis amigos.
Durante la secundaria, mis amigos y yo soñábamos con ser escritores de SNL cuando fuéramos más mayores, nos pasábamos largas horas durante las clases de matemáticas riéndonos sobre escenas ridículas que se nos ocurrían.
Ya como adulto, puedo decir que mi obsesión por Saturday Night Live no ha disminuido. Aunque he intentando, sin éxito, durante años conseguir entradas para asistir al show en directo, lo más cerca que he estado de ese apartado de mi lista de cosas por hacer antes de morir fue durante un tour por el estudio de SNL en mi última visita a Nueva York.
Este verano, durante mi viaje por África, intenté leer un tipo de literatura más afín a donde estaba de viaje pero me enganché a Live From New York, una descripción muy detallada de la larga historia de SNL.
Gracias a ese voluminoso libro, 760 páginas, me enteré de que muchos de mis cómicos favoritos que en algún momento u otro honraron el escenario de SNL, incluyendo a Dan Aykroyd, Mike Myers, Chris Farley, Amy Poehler y Tina Fey, perfeccionaron su arte en el club de la comedia The Second City. Tan pronto como estuvimos de regreso en Toronto, me inscribí en el programa de comedia de improvisación en Second City.
He estado tomando 3 horas de clases con otros 18 valientes cada fin de semana durante el último mes y medio. He de decir que ha sido una auténtica gozada.
En muchas ocasiones llegué a casa después de clase con dolor de mandíbula de tanto reírme. Pero también llegaba a casa hambriento y exhausto, lo que me hizo pensar… ¿Cuántas calorías se queman cuando te meas de la risa por algo muy divertido?
Afortunadamente, los investigadores habían abordado previamente esta cuestión, lo que debe haber sido una auténtica gozada poder colaborar y formar parte de ese estudio.
Buchowski y algunos de sus compañeros de la Universidad Vanderbilt en Nashville, reclutaron 31 hombres y 63 mujeres de entre 18 y 34 años para que participaran en el estudio.
Se evaluó a todos los participantes en parejas formadas por dos amigos, ya que la risa es mucho más probable que ocurra en contextos sociales entre amigos que entre desconocidos. El estudio se llevó a cabo en un espacio calorímetro (que mide el calor de las personas que están dentro de la habitación) equipado con un sistema de grabación acústica.
Durante 90 minutos, cada pareja vio una serie de cortos de películas seleccionados para provocar ya sea la risa o una respuesta neutral. Los cortos de las películas tenían como objetivo suscitar una respuesta neutral, incluyendo aburridos documentales sobre el paisaje de Inglaterra y similares.
Pero, ¿qué descubrieron?
Cuando los participantes vieron fragmentos de cortos de películas seleccionados para provocar las risas, hubo un aumento significativo en el gasto de energía y la frecuencia cardiaca. Específicamente, por término medio, el gasto de energía durante la risa era 0,19 kilocalorías por minuto más mientras que la frecuencia cardiaca era de 2,1 latidos por minuto, mayores que el resto.
No es de sorprender que las personas que se estuvieron divirtiendo y riendo durante más de 20 segundos por minuto, mostraran un aumento en el gasto calórico y la frecuencia cardiaca de hasta un 16-17% más que en estado de reposo.
¿Es como para tirar cohetes? ¿Puedes adelgazar riéndote, viendo comedias o uniéndote a una clase de improvisación?
Es improbable.
Por ejemplo, si asumo el gasto medio de la energía excedente de la risa, 0,19 kilocalorías por minuto, estoy quemando tan solo 34,2 kilocalorías extra durante mi clase de 3 horas. Es solo unas cuantas cucharaditas de azúcar best task manager.
Entonces, ¿por qué estoy tan cansado y hambriento cuando llego a casa?
Bueno, la comedia de improvisación no es algo fácil. Requiere un gran enfoque durante un periodo prolongado de tiempo, y es mentalmente agotador. Como han demostrado estudios con anterioridad, el trabajo mental como escribir una tesis o estudiar para un examen, puede abrirte el apetito. Esta podría ser la explicación de mis anecdóticas observaciones.
A pesar de los escasos beneficios calóricos, recomiendo a cualquiera que tenga interés en la comedia o la comedia de improvisación que lo intente. Te prometo que no te arrepentirás.
Referencias:
Buchowski et al. Energy expenditure of genuine laughter. Int J Obes (Lond). 2007 Jan;31(1):131-7.
Artículo escrito por: Dr. Peter Janiszewski. Publicado en inglés el 26 de noviembre de 2014
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